Despues de "Recordando a Lorca" volvía el reto de montar otra obra pero con gente del Victorio Macho. Había pocos, pero tenía dos muy buenos, Ana y Martín. Así, estaba condicionado a buscar una obra de dos personajes. Recuerdo que en La Avispa obtuve una copia de "Historia del zoo", de Edward Albee. Eran dos personajes masculinos, pero eso no era problema, el problema era el texto absurdo que ni entendíamos ni nos gustaba.
Recordé una obra que Gadex representó hacía años. Una madre y un hijo protagonistas de un drama alrededor de la dependencia de los fármacos y/o las drogas. No recuerdo si me puse en contacto con Pedro y me facilitó el guión, o cómo le localicé, el caso es que lo obtuve y decidimos ponerlo en escena. Ana y Martín encajarían en los personajes, y el contenido, el texto, era, lo sigue siendo, muy actual y muy polémico por el trágico e inusual desenlace. Un hogar compuesto por una madre con enfermedad terminal y un hijo atrapado por la droga. La lucha de la madre por salvar al hijo, y la decisión de darle muerte cuando se convence que no va a poder salvarlo y ella se muere. "Almas que mueren", era un guión viejo, creo de los años 70, al que cambiamos o actualizamos texto u expresiones.
Solo hicimos dos representaciones y no tuvimos mucho éxito. No la había visto desde entonces, lo he hecho ahora, y... qué diferente se ven ahora las cosas, una escenografía muy pobre y mala dirección.
He querido recordarla y traerla al blog por no olvidar ese tiempo, esos protagonistas y la situación personal que tuve que vivir. Una experiencia dura para mi, una situación de impotencia y una duda grande al día de hoy.
Conviví con Ana y Martín durante dos años, dos estupendas personas, Ana formo parte de ATAB 6 años más tarde, en la puesta en escena de "Orquídeas y panteras", con Martin participé mucho en su tiempo, hablábamos, le gustaba mucho el cine, era un fan de Orson Wells, le gustaba mucho "El tercer hombre", era un chaval despierto, inteligente e inconformista. Marchó a hacer el servicio militar y no volví a verle hasta que la persona más importante de su vida me buscó para pedirme ayuda.
La grabación tiene mala calidad. Se mueve mucho la cámara y la voz de Ana tiene muy poco volumen, pero el trabajo merece conservarlo.
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