En aquellos años donde acudíamos a los certámenes de teatro AFICIONADO, había mucho intrusismo, en los años sucesivos igual y en el año que escribo este blog..¡igual!.
Qué es intrusismo?. Gente, personas que son profesionales, semi-profesionales, que quieren dedicarse a esto, ser esto y por circunstancias diversas no pueden. ¿Y qué hacen?, pues presentarse a los certámenes de teatro AFICIONADO para "robar" la gloria a las personas auténticamente aficionadas, (se entiende por aficionado aquel que no tiene las herramientas ni conocimientos para el desempeño profesional de una función u oficio; y por otro lado se asume como afición aquél estudio, arte, ciencia o actividad que alguien realiza como pasatiempo o hobbie al margen de su principal profesión. Definición en Wikipedia).
Por qué el intrusismo?. Lo explico en la carta adjunta que difundí en el año 2003 por los medios de comunicación y por las redes, cuando había y tuve acceso.
Resumo.. en los certámenes había, hay, (entonces más) premios económicos muy atractivos. El año 1997 ATAB ganó el Certamen de Carrión de los Condes, nos dieron 1.500 € (al cambio, porque no existía el euro) y a la mejor actriz, Silvia, la dieron 600 €. Diez y nueve años después el premio al mejor grupo es de 1.500 € y no hay premio en metálico para los mejores actores. Por esto, profesionales o semi-profesionales se disfrazaban de aficionados, porque vivir del teatro era y es muy complicado y difícil.
Por qué me molesta?. Porque "robaban" los premios y la "gloria" a niñas, adolescentes en nuestro caso, de 16, 17 años, con 1, 2 o 3 años de experiencia. Aparte del fraude a Hacienda que hacían, puesto que el aficionado no paga IVA y el profesional sí.
Tengo una experiencia o ejemplo claro. En el año 2001, una actriz "aficionada", con título de interpretación por la Escuela de Teatro de Valladolid, 3 años, directora y profesora en la Universidad Popular de Palencia, se llevó el premio a mejor actriz en el Certamen de Teatro Aficionado de La Seca, en competencia directa, eran las tres nominadas, con dos jóvenes de ATAB, una de ellas con 15 años y la primera vez que hacía teatro. A mí me molestó mucho.
Esto me llevó a denunciarlo cuando y cuanto pude. Ejemplo, la carta que adjunto a continuación:
Por qué el intrusismo?. Lo explico en la carta adjunta que difundí en el año 2003 por los medios de comunicación y por las redes, cuando había y tuve acceso.
Resumo.. en los certámenes había, hay, (entonces más) premios económicos muy atractivos. El año 1997 ATAB ganó el Certamen de Carrión de los Condes, nos dieron 1.500 € (al cambio, porque no existía el euro) y a la mejor actriz, Silvia, la dieron 600 €. Diez y nueve años después el premio al mejor grupo es de 1.500 € y no hay premio en metálico para los mejores actores. Por esto, profesionales o semi-profesionales se disfrazaban de aficionados, porque vivir del teatro era y es muy complicado y difícil.
Por qué me molesta?. Porque "robaban" los premios y la "gloria" a niñas, adolescentes en nuestro caso, de 16, 17 años, con 1, 2 o 3 años de experiencia. Aparte del fraude a Hacienda que hacían, puesto que el aficionado no paga IVA y el profesional sí.
Tengo una experiencia o ejemplo claro. En el año 2001, una actriz "aficionada", con título de interpretación por la Escuela de Teatro de Valladolid, 3 años, directora y profesora en la Universidad Popular de Palencia, se llevó el premio a mejor actriz en el Certamen de Teatro Aficionado de La Seca, en competencia directa, eran las tres nominadas, con dos jóvenes de ATAB, una de ellas con 15 años y la primera vez que hacía teatro. A mí me molestó mucho.
Esto me llevó a denunciarlo cuando y cuanto pude. Ejemplo, la carta que adjunto a continuación:
¿Teatro Aficionado? ¿Teatro NO Aficionado?
esta es la cuestión, si es más noble callar la
identidad que se oculta tras la máscara o alzarse contra un mar de mentiras
consentidas. “ nuestro colectivo está nutrido en
estos momentos por un cincuenta por ciento de egresados de las diferentes
escuelas de arte dramático y otro cincuenta por ciento de individuos
provenientes del antiguo teatro independiente, ........... la dedicación
profesional oscila entre la permanencia en una sola compañía, como socio o asalariado,
la autonomía absoluta, la actividad docente y la para-profesional (asociación
cultural que enmascara un trabajo profesional real).....las empresas formadas
por las nuevas generaciones salidas de
las escuelas, que encuentran aquí su única salida práctica, muy a su pesar,
tienden al riesgo pero también a la inestabilidad, y los que no tienen recursos
suficientes para establecerse como empresa y para subsistir, trabajan al amparo
de Asociaciones Culturales, perdiendo todos sus derechos profesionales y pervirtiendo
mi área laboral”. (Eduardo Usillos – Actor, Director y
Secretario de la Unión
de Actores de Castilla y León)
Cada vez, cada año, en cada
ocasión, son más este tipo de participantes quienes acuden a las convocatorias
de los Certámenes de Teatro Aficionado,
relegando a los aficionados puros a la eliminación de los Certámenes y a
pocas opciones en el reparto de los premios. Así se pervierte la filosofía del Teatro Aficionado, la ética y los
derechos.. Los organizadores lo saben o
lo sospechan, pero no actúan por falta de pruebas o de voluntad en algunos o
muchos casos. La presentación del CIF de una Asociación Cultural, que da
derecho a la no retención de impuestos, es suficiente o válido para participar
en esos Certámenes. ¿Qué significa ser profesional?. Darse de alta en el
Impuesto de Actividades Empresariales (IAE), y pagar unos impuestos. ¿Aquellos
son aficionados y estos últimos profesionales? ¿Y si un mismo grupo tiene un
CIF de Asociación Cultural y otro de IAE, unas veces es aficionado y otras
profesional?. Ser honesto o no Ser honesto, esta es la cuestión. “y sobre todo, sé honesto contigo mismo y se seguirá, como la
noche al día, que no puedas ser falso a ningún hombre.” (Polonio
a Laertes, en HAMLET).
“nunca
una asociación cultural (Teatro Aficionado) puede trabajar como profesional y,
si lo está haciendo, habrá intrusismo. Si hay un profesional metido como
asociación, estará ejerciendo una profesión sin pagar impuestos. No saben cómo
hacer frente a la carga económica que supone formar una empresa y buscan en ese
cauce, que se llama “teatro semi-profesional”, el marco legal de la “asociación
cultural”. Pero seamos conscientes, aunque muchos de nosotros hemos pasado por
esto, no es bueno para la profesión. El problema es como buscar otros cauces.” (Beatriz Almeida – Escuela de Arte Dramático de
Valladolid)
Este colectivo tienen una
necesidad y un derecho de vivir dignamente en lo que le gusta y como quiere.
Este colectivo tienen una fuerza muy grande dentro de lo que sabe y de lo que
le gusta, el TEATRO, y esto es muy fuerte. ¡Ay si los niños, adolescentes,
jóvenes, leyeran y vivieran el teatro!. Despertarían más su razón. “Qué es un hombre si el principal bien y ocupación de su
tiempo no es sino dormir y alimentarse? Una bestia, nada más. Seguro que quien
nos hizo y dio tal poder de razón y nos permite mirar hacia delante y hacia
atrás no nos dio esta capacidad y razón divina para que se enmoheciese por
falta de uso” (Hamlet en HAMLET). Enseñanza del teatro en los Colegios, en Escuelas Municipales, contratación
de estos profesionales que saben, que quieren y que pueden. “la docencia
ofrece trabajo a un número considerable de compañeros en las escuelas y
talleres actuales, pero es primordial la homologación de las escuelas ya
existentes y por supuesto la creación inmediata del Instituto del Teatro”.
(Eduardo Usillos)
Los aficionados puros que
ejercitan el teatro como una práctica
cultural ociosa, y tienen en los Certámenes una oportunidad de participación,
ven afectadas sus posibilidades por ese intrusismo. Como responsable de un
grupo aficionado manifiesto mi protesta contra la intervención de este
colectivo en nuestro campo, y pido a las administraciones y organizadores, más
rigor y respeto por los derechos de cada uno, es mi obligación defender el
derecho a la “gloria” que tienen los adolescentes, jóvenes y mayores que
practican el teatro en su tiempo de
ocio, como una afición, no como una profesión o un complemento económico a
otros ingresos. Sugerencias. Si los organizadores de los Certámenes quieren
esos grupos, tienen calidad, solo tienen que cambiar el nombre “aficionado” por
“profesional”, y aplicar el IAE legal. ¡Fuera máscaras!. ¡Las máscaras en el
escenario!. O que continúen llamándolos Aficionados, pero que conviertan los Certámenes en Muestras, donde
no exista la competencia, y abonen a cada grupo una cantidad igual. El vuelo de
los “buitres” tendría menos participantes. ¿Teatro Aficionado? o ¿Teatro
semi-profesional? o ¿Teatro Profesional?, ¿qué es?, ¿quién es cada uno?. Esta es
la cuestión. La respuesta está en el consejo de Horacio a su hijo Laertes.
Las palabras de Eduardo Usillos
y Beatriz Almeida corresponden a ponencias presentadas en el 1er. Congreso de
Artes Escénicas de Castilla y León, en Enero 2001. Todas las ponencias de este
Congreso, están recogidas en un libro que lleva el nombre de ese Congreso y que
está publicado por el Ayuntamiento de León. Eduardo murió hace unos años, tenía
53 años y entre otras actividades dirigía la Escuela Municipal
de Teatro Mª Luisa Ponte, de Medina de Rioseco. Navegar por Internet posibilita
algunas veces descubrir la otra identidad,
www.cedrama.com/grupos/tetrapolis.html nos lleva hasta un grupo que se presenta como
Sociedad Limitada y que valora su último espectáculo con un cachet de 1.900
euros + IVA. Es conocido que ese espectáculo lo presentaron a concurso en Certámenes de Teatro
Aficionado hasta el año 2003 (Carrión de
los Condes) y que han ganado en alguno de ellos. Los primeros premios tienen
unos valores económicos que oscilan entre 1500 y 3000 euros.
¿Teatro Aficionado? ¿Teatro no
Aficionado?. Ser honesto o no Ser honesto, esta es la cuestión. “y sobre todo, sé honesto contigo mismo y se seguirá, como la
noche al día, que no puedas ser falso a ningún hombre.”
Vicente Pérez Herrero
Director del Aula Teatro Alonso
Berruguete (ATAB)
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